Así de mal se nos ha dado esta semana de nuevo, como la pasada. No he tenido tiempo casi ni de respirar… En esta ocasión he intentado no parar la actividad en redes pero al blog, sinceramente, no he llegado, al menos a tiempo….
Tampoco me ayuda la tecnología de la casa, la verdad, y es que llevamos desde hace meses con una fallo en el portátil y es un show cada vez que lo enciendo para escribir y tratar las fotos.
Bueno, pero por fín lo he conseguido, es muy tarde sí pero llevo pensando bastante tiempo en contaros un cumple muy pero que muy dulce donde todos tanto adultos como los peques nos convertimos en reposteros para disfutar decorando cupcakes. Lo primero que hicimos fue proveer a cada niño de un gorro, delantal e utensilios necesarios para desarollar la actividad.
Rodillos, batidoras manuales de barillas de colores, bols, mangas pasteleras, perlas, y fideos de azúcar y chocolate. Los gorros y delantares de colores los hicimos uno a uno a mano y todos los personalizamos con el nombre de cada invitado.
Toda la decoración también es única y hecha a mano. Para el fondo de las mesas y de un pequeño photocall utilizamos un papel de fondo rojo con cupcakes impresos de colores. Podéis ver los detalles en estas fotos.
Todos nuestros cumpleaños singulares se caracterizan por tener programadas varias actividades, generalmente relacionadas con el tema central de la fiesta. En esto divertido cumpleaños donde todos se convirtieron en mini chef reposteros primero decoramos cupcakes, colocamos cada uno en un expositor y todos juntos en un espacio destinado para hacer una exposición de cupcakes. Los padres votaron y todos los niños ganaron una medalla al mejor chef, condecoración también hecha a mano.
Después, como en toda buena cocina hay cucharas de madera, cada niño decoró una y nos quedaron así de preciosas, una obra de arte cada una de ellas.
Por último, y antes de pasar a los regalos de fin de fiesta y de agradecimiento a cada invitado por venir, disfrutamos en un photocall disfrazándonos y haciéndonos fotos con amigos y familia, con esta cámara tan chula y de color chocolate. Cada invitado se pudo llevar su foto en el momento como recuerdo de la fiesta.
¡Cómo les gusta a los niños la cocina! Disfrutaron todos muchísimo y además de unas cupcakes preciosas, estaban buenísimas. ¡Tenemos que repetir el encuentro y experiencia!
Espero que os haya gustado y os deseo una semana estupenda. Por si no consiguiera escribir antes, hasta el domingo. Abrazos singulares,