Brunch, el hermano mayor del desayuno, ese espacio en el que empiezas desayunando y sin quererlo pasas la frontera y te sientes ya comiendo.
Qué los domingos nos encantan es un hecho y qué adoramos los desayunos de este día, es ya una obviedad llegados a este punto. ¿Cómo no nos íbamos a rendir ante la moda del brunch?
Tendencia desde hace un tiempo, pero que si os soy sincera no me deja de recordar a estos encuentros que todos tenemos pasadas las primeras horas de la mañana de los domingos para tomar esto que nosotros venimos llamando el vermú (vermouth), se tome lo que se tome.
Es cierto que no es lo mismo, éste último es más bien para llevarse a la boca un aperitivo antes de comer al tiempo que charlamos con algunos amigos. Pero también, es verdad, que nuestra forma de vida permite que el séptimo día de la semana de una manera casi natural y, en ciertas circunstancias, se una el desayuno con la comida. Esto es muy normal en nuestro país, ¿no?
Por eso no hay mejor sitio para que el brunch encaje casi a la perfección. No obstante, aunque nos viene como anillo al dedo, la costumbre es anglosajona y viene de la unión de dos palabras: breakfast y lunch, desayuno y almuerzo respectivamente aunque no termina de ser ni una cosa ni otra. Se celebra entre las 10 y 14 horas del día, aproximadamente.
En un brunch se suele ofrecer todos los alimentos típicos de los desayunos anglosajones : huevos, patatas, bollería , panes, leche , zumos y frutas a los que se unen carnes, cócteles, champán y espumosos.
Personalmente me gustan especialmente los lugares que te ofrecen la posibilidad de elegir aguas diferentes y tengo una atracción especial por el agua con gas, no me parece típica del brunch (investigaré sobre ello) pero cuando yo lo hago me encanta incluirla.
Por todo esto, el brunch es perfecto. Un desayuno contundente que acaba en comida lo cual significa ….¡pasar toda la mañana juntos!
Y es que parece que justo de aquí parte la idea. En EEUU es todo un evento social importante. Una reunión entre amigos un poco más tarde de la hora habitual del desayuno ya que se ha trasnochado la noche anterior. Aunque oídme, es mejor disfrutarlo habiendo descansado algo más de un poquito…
El brunch va a por todas. Cruza la línea del mero desayuno y aunque no llega a ser comida aporta todos los alimentos para serlo. En este sentido, es como el hermano mayor de la primera comida del día. Para Singular Party es perfecto porque qué serían de nuestras celebraciones sin sus invitados, los verdaderos protagonistas. Sin olvidarnos de todas las opciones que hay para la decoración de la mesa, todo un mundo de posibilidades.
Por eso el brunch que aquí os dejamos tiene algo especial. Nos reunimos un grupo de amigos más recientes en el tiempo, aunque a lo tonto ya van unos años. De estos que la vida y las nuevas situaciones familiares como la paternidad nos ponen en el camino y, se van incorporando casi sin querer, al día a día, a nuestra vida cotidiana.
De esos con los que puedes reír y llorar. De de esos con los que puedes compartir. Para el colmo, nuestros peques se llevan de maravilla y se lo pasan pipa cuando quedamos. Juntos han hecho un gran equipo de ellos y un dream team de nosotros.
No podía ser de otra manera, nuestras celebraciones se distinguen por las actividades y manualidades que hacemos con los más pequeños, en esta ocasión hicimos flechas, marcapáginas y decoramos horquillas de colores, pero esto os lo contaremos en otro momento.
Ahora, ¡a disfrutar del domingo, qué tengáis un día de lo más singular!
