Hacía mucho que no veíamos a unos amigos que tienen tres singular kids preciosos y de lo más inquietos . «No tengo tiempo para nada y necesito tranquilidad», me dijo mi amiga. Fue oir la palabra tranquilidad y pensé en lavanda.
A veces pasan los días, las semanas y los meses y no tenemos tiempo ni para charlar un minuto y el día a día nos roba espacio para nosotros mismos . Por eso pensé que la mejor opción era vernos en casa con los niños controlados jugando y viendo una peli en el cuarto de juegos; rodeados de tonos malvas y lavanda, conocida por sus propiedades relajantes, ja ja ja y tan sólo unos pequeños cascabeles morados para dar el tono festivo al encuentro.
La realidad es que los niños no pararon, brincaron, saltaron, jugaron, rieron, pintaron, bailaron e incluso comieron justo a nuestro lado, sin darnos un respiro pero haciéndonoslo pasar pipa.
Estuvimos muy pero que muy tranquilos pero no sé si fue una cena exactamente relajante, aunque las fotos de la mesa son tan monas que solo verlas, relajan. Aquí os dejamos unas cuantas fotos vistiendo la mesa y una muestra del postre que unas horas antes hicimos con mimo las singular kids y yo, mousse de frambuesas con gelatina de fresas, todo un éxito o eso creemos porque no quedó ni un vasito.
¡Feliz domingo y a por una semana singular!