Los tíos hacemos esas cosas, llamar por teléfono al caer la tarde y preguntar: » ¿estáis en casa?» casi sin respiro añadimos:» pues vamos , es que la peque o el peque o los peques quieren ver sí o sí a su prima, primo o primitas. Vamos a cenar». Y, ya sabéis, para mí es todo un placer improvisar una cena y organizar un encuentro en casa por lo que siempre estamos más que dispuestos a recibir visitas y con las puertas abiertas.
En esta ocasión, además, había invitado a unos vecinos-amigos a degustar una receta que acababa de hacer por primera vez por lo que parte de la cena ya estaba preparada.
Apenas unos días antes me había topado en la red con el blog http://cocotteminute.es/ y quedé prendada, no lo conocía pero con tan sólo un vistazo rápido, me ha cautivado. Os dejo el link de la receta de tartar de melón con jamón que en él nos proponen y que no dudé ni un momento en hacer http://cocotteminute.es/aperitivos/tartar-de-melon-con-jamon, todo un acierto esta reinterpretación del clásico, ¡inmejorable!
Disfruté mucho haciendo este tartar con mis singular kids, quienes descubrieron el cilantro por primera vez y se lo pasaron de maravilla cortando el melón en pequeños daditos, lo del aliño les parecía más extraño pero les gustó también. Tal cual sugerían en la receta original lo servimos en estos vasitos de cristal de yogur reciclados, que como ya os he contado en alguna otra ocasión los podéis encontrar en la tienda de mis amigos, https://www.losutensiliosdelchef.com/ No quedó ni un vasito y parece que este Tartar de melón con jamón gustó bastante por lo que he repetido la receta ya unas cuantas veces.
Para la decoración elegimos un mantel en blanco y verde, con hojas de inspiración tropical que dieron un toque vacacional al momento y para marcar los sitios en la mesa, unos corchos a los que les hicimos una fina hendidura donde poder colocar una cartulina con el nombre de cada invitado del modo que podéis ver en las fotos. Poner la mesa con nuestra primita pequeña fue también de lo más divertido.
Tuvimos una cena saludable y tranquila. La cálida iluminación y el sonido relajante del agua al caer de una pequeña fuente invitaban a la conversación. Charlamos largo y tendido y las primitas jugaron sin parar. Noches así, improvisadas en las que estás porque te apetece estar, en las que alargas la sobremesa charlando de la vida sin mirar el reloj, en las que los temas se suceden y la noche se precipita, son las que se quedan en el recuerdo , las que nuestra memoria selectiva coloca en el lugar de los momentos agradables y dejamos marcadas en la opción hay que repetir.
Os dejamos unas fotos de la mesa y algunos de los detalles, no dejéis de mirar la receta en el blog que os comentado y, si os gusta el melón con jamón, os animo hacerla, es una opción muy fresquita para estas temperaturas que aún nos acompañan, aunque nosotros acabamos de llegar después de unos días de viaje y parece que esta noche ha sido menos calurosa en Madrid.
¡Feliz domingo para todos!
Abrazos singulares.