El verano es la estación perfecta para prolongar las noches un poquito, buscando el mejor momento y menos caluroso para compartir charla y mesa con amigos, familia, vecinos, compis de trabajo y gente cercana.
Aunque el tiempo no nos ha dado una tregua en lo que llevamos de verano y las noches casi han estado a las mismas temperaturas que los días, ya hemos compartido mesa, risas y charlas acaloradas con varios de nuestros amigos y es que nos gusta proponer un tema sentarnos en torno a la mesa y simplemente estar juntos y conversar.
También es un momento para ver a todos aquellos que viven fuera y pasan unos días por aquí para ver a familia y amistades, en este caso son cenas para ponernos al día, contárnoslo todo , pensar en el nuevo curso y programar todo lo que nos queda por hacer.
Aquí os dejo una de mis preferidas en tonos azules y con toques rojos. Una mesa de inspiración marinera reinterpretada y como detalle para señalar cada uno de los puestos, utilizamos unas pequeñas baritas hechas de tela de rallas blanca y roja con forma de estrella o corazón, rellena de algodón y palitos de madera. Las noches de verano son mágicas y dan lugar a cenas mágicas alrededor de nuestras mesas por eso creímos que era un detalle singular para nuestros invitados, así podrían llevarse a casa un poquito de la magia de esa noche.
Como el calor está siendo tan intenso y por continuar con los tonos de la mesa, prolongamos la velada con unos platos de sandía troceada y salida directamente del congelador, simplemente buenísima.
¡Qué tengáis un domingo singular y mágico si cabe!