Chulo, chulo de verdad, con rosquillas, chocolate, churros, trajes de chulapos, pañuelos y claveles, mantones de manila y baile, mucho baile, incluido el chotis.
Llegó San Isidro, sí. En casa lo esperábamos con muchísima ilusión y muchísimas ganas de pasarlo bien. Y es que, como en muchos otros colegios de la Comunidad de Madrid, en el de las singular kids se iba a celebrar la fiesta por todo lo alto con una chocolatada con churros y juegos de los de siempre, de esos que antaño se jugaban en todas las calles y parques: la rayuela, el pañuelo, la gallinita ciega,…y bailando el chotis.
Era una fiesta muy esperada porque en esta ocasión un grupo de papis y mamis pudimos compartir estos momentos con los chulapines y ésta era razón más que suficiente para estar como locos.
Esas caritas al vernos entrar en las clases, esos nervios contenidos pero que no se pueden ocultar al estar jugando con su papi o mami en el cole, en su patio, en su clase. Esa emoción al explicarte como se juega a esto o aquello o al presentarte a un amigo o al decirte en qué estantería se dejan los cuentos o en qué percha cuelga su abriguito cada mañana. Tú lo sabes y conoces todo pero contado por ellos no tiene precio. Todas y cada una de estas cosas, sus muecas y gestos, en definitiva, sus emociones positivas incontroladas hicieron de la mañana una de las más singulares del año.
Jugamos , jugamos y jugamos, saltamos, corrimos, bailamos y al borde de la media mañana cogimos fuerza con un chocolate con churros , ¿puede haber desayuno más castizo?
Antes de ir al cole en casa nos decantamos por unas rosquillas: las tontas, las listas, as de Santa Clara,… ¡Nos encantan todas, aunque si tuviera que eligir, éstas últimas tienen algo especial!
Nos vestimos, nos colocamos el clavel, probamos las rosquillas (¡¡¡uhmmm, estaban buenísimas!!!) y nos fuimos corriendo con el brazo en la cintura a nuestra particular pradera para pasarlo bomba y ¡vamos, qué si lo pasamos! Mención especial a las profes por tan buen hacer con los peques, por su dedicación, cariño y enseñanzas.
Y para acabar la fiesta y como nos quedamos con ganas de seguir bailando, aparcamos el chotis y nos fuimos de concierto. El primero de mis singular kids. Aquí os dejo unas fotos de algunos momentos de día y gracias por estar ahí.